Alrededor del año 207 a. C. la ciudad es tomada por Escipión y arrebatada a los cartagineses. Tito Livio la describiría como una ciudad opulenta, recibiendo los nombres de Auringi y Oringe por Estrabón; Polibio, la conoció como Elinga y el Concilio de Ilíberis, como Advinge, Plinio como Nijis u Oringis.
No era en realidad una ciudad demasiado grande. Se levantaría alrededor del raudal de la Magdalena, corazón de la ciudad antigua, y no se conservan demasiados restos urbanos: sí estelas y mosaicos, muchos de ellos en el Museo de Jaén. También han aparecido restos de esta etapa en el yacimiento de Marroquíes Bajos. Inmediatamente a su conquista los romanos la consideraron una "ciudad" estipendiaria, es decir, bajo vigilancia militar y tributo debido a su apoyo a Cartago.
Durante el final de la república y principios del Imperio Romano, la ciudad fue romanizándose hasta que el emperador Vespasiano (69-79) o tal vez su hijo Tito (79-81) que le dieron el rango de municipio con derecho latino, conociéndose en adelante como Municipio Flavio Aurgitano o Aurgi.
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