Los visigodos se asentarían definitivamente en el primer tercio del siglo VI. Jaén quedaría al margen de sus asentamientos y seguiría siendo un territorio en el que predominaba la población hispanorromana, con algunas guarniciones militares, como Mentesa, en las que se concentraba la población germánica. Durante todo este siglo, la presencia visigoda por tanto es débil y son frecuentes las rebeliones de la aristocracia romana.
La presencia visigoda supuso un momento de decadencia para la ciudad, en favor a Mentesa, La Guardia, hasta donde llegaba el limes bizantino.
Así pues, durante este período Aurgi sufrió una considerable reducción como indica la arqueología. Hay pocos restos materiales de este período, merece la pena destacar un tremis áureo perteneciente al reinado de Wamba aparecido en una excavación arqueológica llevada a cabo en la plaza Cambil en 1992
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